Las manecillas del reloj han muerto sobre la húmeda colina, frente la vieja y mortecina aldea. Ese pequeño y denso conglomerado de casuchas de piedra, adobe y paja, que sitúa un punto negro sobre el mapa de Morrospo.
Para Tigot no pasa el tiempo, todo en él evoca la sangrienta y salvaje Edad media morrospeña; es como si te transportara… Pasear por sus callejuelas supone ensordecer con el retumbante paso de la caballería y los carruajes; ¡las voces del mercado! Su aroma es el del incienso, el orín y la putrefacción. Su polvoriento aire es al tacto áspero, pegajoso, ¡virulento!, se te pone la piel de gallina sin saber por qué. Lo mejor que tiene son sus vistas, ¡y eso que no es hermoso! Forficado por boscosas colinas, el pueblo se aglomera circundando el antiguo pero intacto castillo, construcción del siglo XIII, enorme y mostrenca, rodeada por un foso del que no se sabe qué cobija... Tiene como seña característica un altísimo torreón grisáceo como un palomo de capital. El trazado urbano es desigual y de difícil ubicación, aún tratándose de una aldea pequeña, es fácil perderse; las callejuelas estrechas, trazadas para las dimensiones de los carruajes, albergan casas de una sola planta, erigidas sobre heterogéneos pedruscos negros y grises que parecen puestos al azar; ventanas enrejadas por toscos barrotes de hierro y altos techos de paja. El pavimento, por supuesto sin asfaltar, empedrado o arenoso, hace honor a aquellos tiempos en que el caballo tenía más privilegios que muchos hombres.
Pero el grotesco y tétrico aspecto del pueblo, que va tornándose más tenebroso en el transcurso de la tarde; no es nada en comparación con esa Impresión. Esa sensación que forja una huella imborrable en el visitante: vértigo, desolación, ¡angustia! Pavor... Hacen que hasta el más insensato de los turistas reniegue de su curiosidad.
Empieza por el relinchar de unos caballos y el vocerío de aquellas gentes del pasado; luego llega una oleada de los putrefactos aromas de antaño. Y esa opresión mental… ¡ese impulso frenético por adentrarse en lo más profundo del pueblo! Que se enfrenta a ese otro juicio, proveniente de no se sabe dónde; que susurra desde el "propio" pensamiento: “hoy, es tu último día”. ¡Los visitantes huyen despavoridos!, algunos, a gritos y violentamente, otros llorosos y pausados; siempre confusos y temerosos de sus propios pensamientos irracionales. Pero la peor parte, suele llegarles a los que se encaran con la verdad, ¡a los valientes!, a aquellos que no desprecian lo fantasmagórico, (a pesar de las evidencias). Para estos, el estigma de Tigot es más profundo… ¡Se tiran al suelo dando coces!, ¡se golpean la cabeza contra un muro! Hasta chorrear sangre. Algunos salen corriendo pueblo adentro.
Hoy, enterrado desde el año 1617, me he encontrado con el testimonio de una de sus aldeanas, una joven campesina que, sin embargo, supo leer y escribir; tal vez para hacernos testigos de algo importante a nosotros, generaciones futuras.
Intentaré transcribir fiel al relato original:
“Mi nombre es Neanne y soy una doncella campesina de 20 años. Empiezo con estos dos apelativos porque en mi época ambas cosas son muy importantes para una mujer: el ser doncella te da cierto valor místico sobre los hombres; el valor del regalo sin estrenar, (pero valor al fin y al cabo); el de campesina te niega cualquier artificio que pueda tener dicho valor, y como se suele decir "es más sincera, ¡menos mentirosa!, ¡la virtud de la campesina hermosa!", (menuda tontería...). Tal vez por eso fui yo la elegida.
Diez años, ¡la conquista de una década!, yo era una niña solitaria y triste desde que nací. Me gustaba más bordar y pescar que jugar con los demás niños; no sé muy bien porque, quizás intuyera algo… Pero todo esto, en realidad, no viene a cuento de lo que pasó justamente el día de mi cumpleaños así que voy al grano: tras celebrarlo en mi casa, con mi familia y amigos, ¡corrí al monte!, como solía acostumbrar. Y me eché a llorar. Pensaba, ¡qué tontería!, en mi niñez, que se iba poco a poco... En que ese años me tocaría cuidar a mi hermano Nando el pequeño; trabajar más duramente en el campo… “¡Neanne Neanne!, ¡a los 20 años... morirás!”.
"¡Dong!"¡Por fin la campana de la una!, ya puedo dormir tranquila, aunque no creo que pegue ojo en toda la noche. Sobretodo por el calor que hace ¡puff…! Le dan a una ganas de quitarse hasta las enaguas ¡puff…! Bueno Neanne, querida loquita, ¡a dormir! Mmmm, ¡¿dónde andará ahora Gascón el bandolero?! Me gustaría tanto fornicar con él ¡jaja!, ¡shuuu!, calma tu mente Neanne… has estado demasiado concentrada durante todo el día para que ahora digas tonterías ¡jeje! Shuuu… ¡a dormir!
_ ¡Neanne! ¿Pero tú qué haces a estas horas aquí…?
_ ¿Y tú?, me apetecía verte, hace cinco años que mojo por ti. Creo que va siendo hora de que nos dejemos de tonterías, ¡ya he cumplido 20!
_ Sí, ¡si se nota que ya eres toda una mujer! _ no irás más allá de la teta, ésta es mía. ¡Mírame cerdo! ¡te cogí el puñal! _vale… tranquila.
_ ¿Tranquila?, ¡si eres tú el que tiembla! Tranquilo. Te lo devolveré ensangrentado por tus tripas _ ¡muy bien locaaa así me gusta! Clávaselo en las tripas, no lo quiero muerto. ¡Que sufra!
_ Aaaggg…
_ Gascoo Gas... yo...! _ vamos puta, a casita, ¡levanta!, ¿no…? bien, ¡pues a arrastras!_ Neaneee Neaneee… ¡que has hecho!_ ¡jajajaajaaa! Vamos llorona gusana, ya sólo quedan unos peldaños.
¡Abre la puerta zorra!, así… _¡No la habitación de Fermín nooo! _ Ooh, cómo duerme el bribón si parece un angelote... ¡Toma toma toma! Llora la loca condenada mientras se relame la sangre que le salpicó en la cara, ríe, salta de placer y llora. Su mueca es una desesperada máscara de patetismo grotesco, dolor y horror. Su belleza se transformó en una máscara carnavalesca; toda en ella rezuma pavor y demencia. Es mejor que se dé cuenta de que ha desmembrado a su novio y que tiene en sus manos el intestino_ ¡Noooo aaaah!
_ ¡Neaneee ne!_ ¡la madre! Oooh sí esto me emociona… Con la destreza del carnicero, loca degüella a su propia madre, ¡jajaja! _ ¡Nooo…! _ Sus ojos parecen dos guijarros de lo salidos que están. Venga sólo te queda el padre…
_Nean… ¡socorro!_ ¡te cogí! Y con la fuerza de Sansón con sus débiles brazos le retuerce el pescuezo al bribón ¡jajajaa! _ ¡Nooo ¿qué he hecho…?! ¡Noooo…! ¡Déjame!, ¡¿qué quieres de mí…?! _ ¿Y aún no lo sabes tonta? Ahora verás…
Loca entra en su cuarto y hace todo lo que le pido. Se tumba en la cama, se desabrocha el corsé y hago que averigüe solita qué viene a continuación... La desgraciada no tiene fuerzas para seguir. Pero yo sí para manipularla... Levanta la daga sobre su vientre. Allí estará bien. ¡Perfecto! Tardarás más en morir.
Ahora yo sólo seré tu cuerpo Neane. Eres perfectamente consciente de que soy yo, no tú; que has sido poseída… _Nooo… no… ¡Aaaaggg! _una_ ¡Aaaaah!_ dos. ¡Vamos a por el fémur!_ Aaaarrg_ ¡tres!_ Aaaaaaaggg _ ¡La cara! ¡Cuatro…!”
Fin del tremendo relato; ¡estoy aturdido!, no sabía que tras tantos siglos pudiera seguir conservando su pavor. Y más aturdido aún por cómo pudo seguir escribiendo mientras estaba asesinando y muriendo... Mmmm curioso, ¿verdad?, ¡¡jejeje!! Qué bien lo pasé con esa putaaaa... Firmado: Satanás.