martes, 19 de octubre de 2010

HOY ME SIENTO ROMÁNTICA...




  Quiero tocarte y sólo ver en tí a un hombre. Un hombre único; especial... 
No quiero que seas un dios, no me interesan más que para cuando estoy deprimida. Quiero mirarte y ver aquel niño desvalido que un día fuistes y gracias al cual ahora eres mío...

  Quiero caminar descalza a tu lado por la inmensidad del desierto y por un mar de arena y algas; desafiar al embravecido Poseidón, ¡nunca podrá separarnos! Hasta en la muerte, tú y yo, navegaremos juntos. Somos como el cacao y la leche, separados no hacemos chocolate.

  Quiero ver en tí a un ser hermoso. ¡No importarme si lo eres o no más allá de mis ojos! Tenerte "para siempre", tener la certeza de que, aún viejo o desvalido, te seguiré viendo bello... Porque lo nuestro sólo es cuestión de química; tan simple y tan sencillo como que la Naturaleza decidió actuar. Ella es muy consciente de que no podemos vivir el uno sin el otro. Y que ambos merecemos ser felices.

  Quiero que bailemos al son de esa pócima mágica, que nos enbelesa y cautiva... ¡Que nos estremece y abrasa! No quiero flechas dolorosas, ni ardores basados en un cuento de príncipes y princesas. Quiero saber por qué te amo, que la pócima no embrutezca mis sentidos; sino que los inspire mágicamente... Quiero saber que eres mío por cómo eres no por efectos de un traicionero misionero o una hada caprichosa.

  Quiero agradecer tus defectos y admirar tus dotes. Quiero mirar tus ojos y saber qué piensas, qué sientes. Entre tú y yo no tiene porque haber palabras; las palabras nunca expresan todo lo que el corazón demuestra. Quiero que me toques... y sentir el cielo, el infierno, las nubes y los montes. Que no haya ruta a seguir, que nos atrevamos, cada día, a descubrir de qué somos capaces... ¡Inventemos un nuevo concepto del amor, de la complicidad, del sexo...!

  Quiero besarte y que no corra el tiempo. Tomar un café contigo y que me sepa a chocolate. Hablar horas y horas y siempre tener qué contar... Quiero que seas mi mejor amigo, mi confidente... más que eso: ¡Mi otro yo! Y que nuestros secretos más íntimos sean demasiado complejos, plenos y ardientes, para ser expresados en público... ¡Son sólo nuestros!

  Eres el silencio de la noche en mi alcoba, el primer rayo de luz que inunca la mañana, la sonrisa del quiosquero al hablar con mi vecina, el aroma de cerezo de la calle mayor, las charlas banales de los transeuntes que caminan despreocupados; los ojos llorosos de un niño que pide lo imposible. Las primeras sombras del atardecer y los primeros síntomas del otoño. Todo eso y mucho más eres tú... Porque es por tí por lo que todo en mí es nuevo, emocionante...

  Tu amor me llena y me enaltece. Me centra y me conecta con la Tierra y a la realidad. Una silla es una silla, una casa no es un castillo, el humo es humo y las cenizas despojos quemados. Y todo eso es hermoso de por sí, no hace falta falsearlo. ¡Contigo me siento viva!, tal y como soy; no necesito ser reina ni heroina, ni esclava diva o colegiala.

  Somos como dos niños perdidos que jugamos a descubrir el mundo una y otra vez... ¡Así de felices somos juntos!

  Te amo tanto que no soy capaz de expresarlo...

  Y si algún día me faltas ten por seguro que te seguiré soñando. Pues entre nosotros nunca habrá rencores eternos, dolores que caigan en saco roto, un fín definitivo... Si me arrepiento de tí, amor, ¡me arrepiento de toda mi vida! Contigo hasta el dolor tiene sentido y belleza.

  Contigo la felicidad nunca es cansina... Siempre das lugar a nuevas emociones. Y al mismo tiempo, somos tan libres... Porque sé que me acompañas siempre, vaya donde vaya, tú siempre estás dentro; como un espíritu benigno.

  ¡No digas nada!, no hace falta. Sólo permanece a mi lado, sonrie tímidamente, como tú sabes. Dame de beber de tu boca. Déjame sentir tu calor. Y que se haga el silencio... Estás en mí, te respiro. Me respiras...

  Eres como un sol que irradia todo mi ser: ¡Te amo! Y si un día no te tuviera preferiría soñarte antes que entregarme en brazos de otro, completamente.

  Somos espíritu y química. La física en nosotros es lo de menos. Y al mismo tiempo; nuestro enlace definitivo... Pero eso es Secreto...

  ¡Shuuu...! Lo sé: Tú sientes lo mismo.